NO ME GUSTAN NI LA "BURROCRACIA", NI LOS BANCOS , NI , A VECES... LA POLICIA (1).

29.01.2021 20:23

#TITRE

 

Corría el verano del año 2000, veraneaba en la isla de Ons con un novio lugareño, vivía en el paraíso; sin coches, sin contaminación, comiendo maravillas que nosotros mismos conseguíamos: pulpo, nécoras, bruños (centollos pequeños llenos como panes), almejas, maragotas, lubinas salvajes, percebes, sargos... Teníamos gallinas que comían nécoras. ¡Qué huevos! Teníamos patatas. ¡Qué huevos con patatas! Cebollas como platos de grandes. En esa época había mucha libertad; se podía coger de todo...
Ahora ya no.

Hacía un tiempo que nos habían invitado a una boda. Se casaba en Pontevedra capital una pareja amiga mía de toda la vida, M. y S., el 22 de julio. Pues ahí que nos vamos los dos. Fue una boda preciosa.

Al salir de la boda, al volver a casa, tuvimos un pequeño incidente. Nos metimos en un pequeño tramo de una callejuela de Pontevedra por prohibida. Juraría que era buena dirección hacía poco. Justo había un policía local dándonos el alto, yo iba de copiloto y le dije: frena M., que te has metido por prohibida... Frenó en seco y nos quedamos parados. El policía sacó a M. a la fuerza del coche y lo tiró al suelo, le hizo soplar y dio positivo. Yo tampoco estaba para conducir y nos llevó a la comisaría de la calle Joaquín Costa.

Estando en comisaría yo me quedé frita en los asientos de la entrada y, al despertar, tenía a M. al lado y le pregunté, medio malhumorada, que qué hacíamos allí, y me dijo que seguramente estaban esperando a que se nos pasara la borrachera.

Me fui a hablar con un policía que estaba haciendo papeles en una mesa y le dije que me explicara la situación y me dijo:

¡Usted siéntese, cállese! Le dije que prefería que me tuteara a que usara ese usted machacón y que hablábamos el mismo idioma, que me explicara. Me dijo que M. estaba acusado de conducir ebrio y de atentado a la autoridad. Alucinamos.

M., que hablaba solo gallego dijo: Eu que non boteu un petardo na miña vida nunha festa... (yo que no eché un petardo en mi vida en una fiesta...). M. pensaba que se le acusaba de atentado con bomba. Yo pegué una risotada nerviosa, con lágrimas en los ojos de la impotencia, se lo expliqué y se calmó un poco.

Yo jamás había tenido un altercado con la policía, y pregunté quién había hecho semejante acusación, la de atentado a la autoridad, y me señalaron al policía que nos había dado el alto, un tipejo joven, flaco y con cara de malas pulgas, y le grité: Esto es la policía, ¡¿la verdad y el orden?! ¡Esto es una panda de sinvergüenzas!

Le hicieron a M. las fotos pertinentes, recordad que íbamos los dos muy guapos vestidos de boda, lo querían encerrar en el calabozo. M. dijo que sufría claustrofobia y la policía optó por dejarle sentado en una silla fuera de las celdas. Yo lo pude acompañar, pude ver dentro de una de las celdas, la única que estaba ocupada, en la que había otro señor de otra boda.

Salí a sentarme con la mujer del de la celda, que lloraba desconsolada en una de las sillas de la entrada. Yo grité que les iban a dar una medalla a todos por sus detenciones de esa noche y que les podía pasar a cualquiera de sus hijas una noche de boda cualquiera. Se acercó un policía y me ofreció las llaves del coche y me dijo que me podía ir cuando quisiera. Con la “medio prea” que aún llevaba le dije, dando una palmotada en una mesa: yo he venido con M. y me voy con M.

Le hicieron un juicio rápido, le adjudicaron un abogado de oficio, que no era otro que V., otro amigo mío de toda la vida, que no hacía mucho que se había sacado la carrera. Le condenaron a un año sin carnet y 100.000 ptas. de multa (600 euros de ahora). El juez no se tragó lo del atentado a la autoridad ¡Menos mal!

Fuera de los juzgados me encontré con el policía de marras y le dije que en menudo marrón nos quería meter, y me dijo todo convencido: Metisteis la primera.

Continuará...

D.E.P- M. R. S. Siempre te llevaré en mi corazón.